El poder de la

comunidad

La comunidad

importa

Imagina despertar en un mundo donde te enfrentas a abusos en el trabajo, la escuela o incluso en tu hogar. Donde no puedes acceder a la atención médica que necesitas o donde simplemente caminar por la calle te hace sentir en peligro.

Esta es la realidad diaria de muchos de tus vecinos, amigas, amigos y familiares que sufren discriminación por su edad, etnia, discapacidad o por pertenecer al colectivo LGBTIQ+.

Sin importar quién seas o a quién ames, contar con personas que te apoyen puede marcar la diferencia entre vivir con miedo o levantarte con fuerza para enfrentar cada día con determinación.

Hay comunidades de todas las formas y tamaños. Se construyen a partir de intereses en común, una historia compartida o la necesidad de sentirse protegidos y acompañados. Se pueden formar en línea, en tu barrio o con personas que han sido parte de tu vida en diferentes momentos y que hoy están repartidas por el mundo. Lo que todas las comunidades tienen en común es su capacidad para brindarte apoyo y ayudarte a desplegar todo tu potencial.

Las comunidades

se preocupan

¿Qué hacés cuando ves que alguien —o incluso todo un grupo— sufre violencia o acoso? ¿Cómo respondes a los mensajes de odio pintados en muros, escritos en redes sociales o en las transmisiones de televisión?

Nadie debería enfrentar la intolerancia en soledad. Ser parte de una comunidad significa que luchamos juntos contra el odio, protestamos ante la injusticia, colaboramos con bancos de alimentos, o acompañamos a toda persona que no se siente segura caminando sola. También significa abrir nuestra red a quienes hoy no tienen una.

Pero luchar únicamente por nuestra propia comunidad no es suficiente. En el fondo, la palabra comunidad significa empatía. En su mejor versión, una comunidad apoya a todas las personas, no solo a quienes se parecen a nosotros, piensan como nosotros o tienen relaciones similares a las nuestras. Para que las comunidades prosperen debemos poner a la solidaridad en el centro.

Crear

comunidades

Alza tu voz

exprésate, no solo cuando tú o personas como tú enfrenten injusticias, sino también cuando otras comunidades y grupos estén bajo ataque. Defiende la igualdad y la justicia, y ayuda a otros a alzar su voz también.

Abre las puertas

de tu comunidad a quienes necesitan apoyo. Nuestras ganas de incluir a personas nuevas no debe limitarse a quienes se parecen a nosotros. La diversidad enriquece a las comunidades.

Ayuda

a las comunidades amenazadas, aunque no formes parte de ellas, con tus palabras y tus acciones. Si puedes, cuelga una bandera del orgullo, hazle saber a alguien que está a salvo contigo y alza la voz contra la discriminación y la exclusión. Lucha contra el odio, tanto en Internet como en la vida real.

Empodera

a los miembros más vulnerables de tu comunidad. Cada persona merece ser escuchada y valorada. Hay quienes no pueden hablar porque no se sienten seguros o porque tienen alguna dificultad física para hacerlo. No hables por encima de los demás: escúchalos y conversa con ellos. Aprovecha la fuerza de una comunidad diversa que se expresa con una voz común.